Un poco de historia

Una familia andaluza mudándose a otro continente. Unos polacos buscando un futuro mejor. Italianos huyendo del hambre. Todos ellos llegaron a Argentina. El azar entrelazó destino. Los mezcló, hizo que se crucen caminos, tejió historias y combinó códigos genéticos. Con el tiempo tuvieron hijos, nietos, bisnietos.
Entonces un 28 de Mayo de 1980 fue parido, de nombre Pablo y apellido Marquevichi. Dicen que fue un bebé tranquilo. Ya de chico amaba dormir mucho.
Fue un niño curioso, siempre ávido de nuevos conocimientos. La escuela no supo amoldarse a él ni él a la escuela. Carente de la correcta motivación escolar su rendimiento no fue muy bueno. Sus padres decidieron complementar su educación mandándolo por la tarde a una escuelita de artes.
Su infancia trascurrió entre las dos escuelas, entre juegos con amigos, historias de piratas, viajes con su familia y noches de acampada en el patio de su casa. Demostró una brillante incapacidad para cualquier deporte así como cierta negación para aprender música.
Con la adolescencia vino la educación técnica. Esta escuela le dejó su hobby por la matemática y el amor por la ciencia. Los curas lo convirtieron en agnóstico. La falta de compañeras hizo que invierta su energía adolescente en la lectura de novelas de ciencia ficción y mirase Star Trek. La vida le regaló un puñado de amigos que conserva hasta hoy. También en esta etapa practicó teatro, viajó a países limítrofes, aprendió a hacer asado y abandonó el mate dulce. Fundó una logia literaria cuyo objetivo era sembrar el caos y la anarquía intelectual en el colegio. Gracias a ello fue expulsado del secundario una semana antes de terminarlo.
A pesar de eso llegó hasta la universidad. Cursó en el El Centro de Investigación Cinematográfica la carrera de Realizador Integral de Cine y Televisión. Los vaivenes económicos de la Argentina lo obligaron a trabajar. Ejerció free lance en la producción publicitaria mientras terminaba sus estudios. Como siempre fue bastante inquieto y nunca le molestó estudiar, al terminar su primer carrera, comenzó la segunda. Esta vez en la Universidad de Buenos Aires cursó la Licenciatura en Artes Combinadas.
Un poco antes de cumplir los veinticuatro decidió emprender una etapa más empírica en su educación. Dejó la facultad y se mudó a Barcelona. Allá realizó trabajos de los que prefiere no acordarse. Cosechó algunos amigos entrañables. Cursó talleres literarios con Carme Rodríguez y Abel Pohulanik. Signado por su historia familiar, por su infancia viajera y por las historias de piratas, nunca se sintió de ningún lugar. Cada tanto se aburría de Cataluña y se iba de viaje por varios meses. Con la mochila al hombro siempre andaba ansioso de vislumbrar nuevos horizontes. Dicen que pocas veces sentía tanta paz. Será por eso que ama tanto viajar.
Después de unos años en Barcelona se mudó a Londres. Allí paso un frío invierno y un templado verano. A fines del 2009 volvió a residir en Buenos Aires. Hizo un taller literario con Sebastián "El Zaiper" Barrasa.
Se lo ha visto en varias ocasiones en un quirófano. Le pasó finito a la muerte más de una vez. Tuvo amores y desengaños. Dicen que hoy por hoy se lo ve contento. Empezando su tercer década de vida con una sonrisa en los labios.